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martes, 12 de julio de 2011

AUTO DE SEGURIDAD 4 (Tiempo de anécdotas)

Muchas veces me he preguntado, de qué se trata ésta increíble pasión que se lla,ma automovilismo, que fuerza extraña nos lleva a hacer cosas más allá de las lógicas, cuando se trata de competir, de seguir un auto de carrera, ir a una competencia con frio, calor o lluvia, o poner más horas y pesos de lo que puede soportar cualquier cuerpo y cualquier bolsillo, lo cierto es que la pasión automovilística no tiene una explicación lógica, eso sí, en mis años de andar en el automovilismo como espectador, periodista o casual integrante de algún equipo, puedo explicar y narrar hechos concretos que indiquen pasión, y que ciertamente no merecen explicación, es que la pasión no tiene explicación.
Juan Manuel Matkovich seguido por Jorge Fontana en Saladillo

Contextualizo ésta historia en el año 1981, 11 de octubre, en Saladillo, año que iba a ser campeón Juan Manuel Matkovich, con un rendidor Ford, preparado por las manos sabias del recordado “Don” Juan Fontanet, poco pudieron hacer ese año, Miguel Ángel Bertini, que defendía el “1”, Antonio Rosell, Norberto Pavone o Jorge Fontana en su único año completo en el TC Zonal. Ese año se iban a correr 11 fechas con 7 victorias para Juan Manuel Matkovich y dos triunfos cada uno se iban a repartir Miguel Angel Bertini y Norberto Pavone.
Era época que sacar puntos era cosa de andar adelante, recordemos que en aquel tiempo se utilizaba el puntaje “Internacional” 9 puntos al ganador, 6, 4, 3, 2, y 1 punto para el sexto. El mismo puntaje que utilizó la Fórmula Uno, y también las categorías nacionales durante más de 30 años.
Pensar que ahora ponés el auto en marcha te dan un punto, lo bajás del tráiler; otro punto, te inscribís otro punto, sacaste una biela en la vuelta previa y te volviste a tu casa con tres puntos, no es así la cosa, pero algo parecido
Jorge Fontana saliendo de boxes en Saladillo

La competencia se fue dando dentro de los carriles lógicos del año, prueba de clasificación para Juan Manuel Matkovich, series para Matkovich y Antonio Rosell, y final de punta a punta para el piloto que representó siempre a La Violeta-Arrecifes “Kito” Matkovich, faltaban dos fechas, y con esa victoria lograba su único título en la categoría.
Ya en zona de boxes, acá empieza la historia que quiero resaltar, el festejo moderado del nuevo campeón, fiel a su estilo, silencioso de pocas palabras, con su equipo, abrazos,inscribísde algún aplauso, pero nada estentóreo, el resto de los pilotos, saludando al campeón, y como resignados de algo inexorable: el título en manos del piloto del Ford rojo Número 9. Ya silenciado los motores, en un rincón de los boxes, contra la sede del club organizador, un grupo , eran cinco, levantaban en andas al piloto del auto amarillo número 25, una sola inscripción “Pergamino”, era Heriberto Camilo Ghiggeri, entre abrazos, llantos y risas gritaban “vamos Camilo”, “viste que se puede” entre otras vivas. Me acerco al grupo, grabador en mano, y sin que medie ninguna pregunta, sale del grupo Camilo, y, sin más, con lágrimas en los ojos, con una voz rota por cigarrillos y emoción me dice,: “Flaco, gané mi primer punto”, me abrazó como si fuera miembro del equipo, era verdad se había clasificado sexto en la prueba final y era la primera vez que cruzaba alguna palabra con Camilo. Ese día comencé a entender, aunque sea un poquito de que se trata ésta pasión maravillosa que es el automovilismo.
Heriberto Camilo Ghiggeri en Saladillo 11 de octubre de 1981

Después, con los años, vinieron muchas charlas con Camilo, siempre hablando de fierros, de éste esforzado e inclaudicable luchador del TC Zonal, que con los años supo ver sus autos y motores ganando competencias, peleando y ganando campeonatos con Adrian Farini y Gustavo Molinatto, nunca ganó ni series ni finales y, apelando a mi memoria desconozco si repitió una actuación como la de Saladillo, Camilo Ghiggeri iba a correr entre 1980 y 1989, 52 carreras, en éste piloto quiero dejar mi reconocimiento a todos aquellos pilotos, tan esforzados como Camilo, que nunca estuvieron abonados a los reportajes, a los podios, a los grandes aplausos pero que son tan protagonistas como aquel que se lleva todos los laureles y que se sube a su auto con la misma pasión que el mejor, y, que probablemente jamás, sean mencionados en éste blog.
Camilo Ghiggeri, con el último auto que corrió en el TC Zonal

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